La soberanía
tecnológica se puede definir como el derecho y el deber de una nación de
dominar sus medios tecnológicos a tal punto que no puedan ser controlados de
manera injerencista por otros intereses ajenos al bienestar de su desarrollo y
con el mismo adelanto de la ciencia y la innovación, los procesos de avance de
una sociedad que una vez dependieron en gran parte del capital humano y el
trabajo manual, hoy en día se asocian cada vez más a una cultura tecnológica
capaz de abarcar cualquiera de sus esferas. Es un fenómeno que cruza fronteras
y por el carácter tan variado que posee, engloba a personas de distintas profesiones.
En Venezuela,
Hoy día, el desarrollo tecnológico es una realidad en el país, vinculado a un
elemento importante que se beneficia, participa y apropia de los conocimientos:
el pueblo. La política de Estado en materia tecnológica está estrechamente ligada
al Poder Popular, y a la necesidad de dar acceso a oportunidades que en otras
épocas estaban disponibles para un grupo reducido.
Tenemos una
política dirigida a que la tecnología le llegue al pueblo y está en la voluntad
de este Gobierno, impulsado por nuestra Constitución, que todo lo que se haga
esté encaminado y potenciado por nuestras comunidades, la participación de
venezolanos y venezolanas en todo el proceso, conduce a la consecución de la
independencia y soberanía tecnológica, tema de vital importancia que aún se
está concretando y para el cual se han abonado logros significativos en
distintas áreas.
La soberanía
va muy ligada a la independencia tecnológica también. El MCTI en conjunto con
sus entes adscritos ejecuta una ardua labor dedicada a lograr la plena
soberanía tecnológica.
De allí que
la puesta en órbita del satélite Simón Bolívar no se limita a la compra del
artefacto a la República Popular China, sino que implicó transferencia
tecnológica y de conocimiento que precisa las herramientas para la futura
construcción de otros satélites en suelo venezolano, el Simón Bolívar resta
elementos a la dependencia, ya que hasta hace poco las comunicaciones
satelitales estaban en manos de empresas extranjeras, así como la Compañía
Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv), que pasó nuevamente al Estado
y sus dividendos se pueden aprovechar de forma directa, los venezolanos
tengamos acceso a las telecomunicaciones y a las Tecnologías de Información, y
el satélite permite complementar el acceso en zonas donde, por razones
naturales y de tiempo, no se ha podido llegar.
Otro de los resultados de este
adelanto científico-tecnológico ha sido el enlace con lo industrial. De la mano
con los procesos de investigación surgen respuestas en el área de las
industrias, creando relaciones fundamentales y exitosas en cuanto a avances y
logros. Ejemplo de ello, es la construcción de antenas para la recepción
satelital con sello venezolano, considerando que no basta con tener un satélite,
es necesario todo el acompañamiento tecnológico que se requiere para formar
parte de una red de telecomunicaciones, MCTI venimos impulsando, no solamente
la investigación y desarrollo en esa materia, sino también la parte industrial,
allí es donde radica verdaderamente el concepto de independencia, cuando uno es
capaz de hacerlo.
Venezuela
dejó de ser un simple depósito de tecnologías foráneas, hoy somos capaces de
investigar, desarrollar y producir, gracias también a la ayuda de países
aliados que nos han ofrecido más que la venta de un artefacto, nos han
transferido conocimiento que, unido al talento local, ha dado frutos y se prevé
que genere aún más, en pro de la definitiva independencia tecnológica.
La
formulación de Políticas Públicas que promuevan la democratización y
apropiación social de las tecnologías de información y de esta manera ayudar al
pueblo a cubrir muchas de sus necesidades tales como educación, salud,
información, entre otros.
En Venezuela
la creación y apoyo a proyectos sociales con software libre ha ido en aumento
también. Hay planes de informatización de comunidades con el uso de las redes
inalámbricas para donde es casi inaccesible la red telefónica. Se persigue
también crear una red nacional de servicios públicos donde se puedan consultar
y brindar información a quien la requiera.
La industria
petrolera y sus sucursales han sido las principales promotoras de esta idea. El
desarrollo del SCADA Nacional así como la migración progresiva de sus entidades
son líderes en el desarrollo informático, y dicen que el tema espacial es
complejo, más para quienes nunca han incursionado en la materia. Venezuela no
se intimidó por este supuesto, y de la mano con la República China, puso en
marcha el primero de muchos proyectos que irán llenando su currículo espacial:
la creación del Satélite Simón Bolívar.
La iniciativa
responde a la necesidad de alcanzar una verdadera independencia y soberanía
tecnológica que garantice a Venezuela la posibilidad de contar con un
dispositivo satelital eficiente y totalmente propio.
En función
del grado de complejidad de los proyectos a ejecutar vía satélite, variarán los
niveles de interacción que ofrece esta herramienta tecnológica. La plataforma
estará en unos meses disponible, y los sistemas más sofisticados en materia de
telecomunicaciones estarán al alcance de todos los venezolanos, sin distingo
social ni impedimento geográfico, conectividad que acortará distancias en
territorio nacional, soberanía que dará mejor presencia al Estado en cada
rincón del país. Un total de 241 millones de dólares invertidos y la
determinante cooperación china harán posible este escenario.